Hasta ahora solo he hablado de Samuel pero apenas he mencionado un par de veces a mi primera esperanza y a quien me enseño a ser madre, David Alejandro, y es que a quien no le ha pasado que cuando le diagnostican un hijo con autismo, pone toda su atención en aquel niño que se muestra indefenso y nos olvidamos de aquel que consideramos sanos y que creemos pueden desenvolverse correctamente en la sociedad, aquel que mira con recelo a su hermano autista, aquel que inventa la mil y una manera de atraer nuestra atención, aquel que con una mirada te dice mamá, papá estoy aquí necesito de ustedes, aquel al que le decimos no molestes ya tu eres grande, aquel que se enferma para atraer nuestra atención, aquel que acariciamos cuando duerme pues en todo el día no tuvimos tiempo de hacerlo, aquel que descuidamos inconscientemente etc., etc.…….etc.
Y es que el exceso de atenciones hacia los niños autistas, compromete y afecta la vida de sus hermanos, la familia se vuelve frágil, pero conforme se producen estas situaciones, también es posible lograr la armonía, pues suele suceder que comúnmente ese hermano es un niño súper inteligente, con una utilización perfecta del lenguaje desde muy temprana edad ( David habla desde el año de edad, lee desde los 4 años, es uno de los mejores de su clase de primer grado, la cual esta por culminar, con apenas 6 años recién cumplidos) y es entonces que con éste contraste, nos damos cuenta que existe un equilibrio en cualquier situación que nos presenta la vida.
Cuando un niño es pequeño, cometemos el error de pretender que entienda lo que le ocurre a su hermano, no sabiendo que aun sus pequeñas almas no son capaces de asimilar tal situación. Me entristece decir que aun no hago mucho por David al respecto, pero estoy en eso, pues como ya mencione a su edad no resulta fácil entender la situación , pero al escribir me he dado cuenta que esto es sumamente importante, además he leído por allí que un elevado porcentaje de hermanos de autistas, presentan dificultades educativas, sociales y psicológicas, aun tratándose de niños muy inteligentes, y dicen que esto es debido a que han crecido al lado de un niño autista sin que se le haya apoyado en el aspecto emocional.
La mejor manera de lograr la armonía en la familia es tratando de integrar a los hermanos en la recuperación del niño autista, no hay mejor terapia que esta, la cual se hace en beneficio de todo el núcleo familiar. Y por otra parte es necesario darle apoyo emocional a esos hermanos de autistas que le ha tocado tan dura prueba y que en ningún momento se les enseño como convivir con un hermano autista.